La semana pasada te hablé de los 3 (+5) papeles del docente del siglo XXI. ¿Y qué hay del alumno? ¿Qué papeles debería protagonizar el estudiante del siglo XXI según Marc Prensky (@marcprensky)?
La buena noticia es que alguno ya lo está protagonizando fuera del aula, en su vida diaria.
La mala noticia es que no lo está haciendo en clase, donde se debería desarrollar y explotar su aprendizaje.
Si eres docente y estás leyendo esto, ya lo sabes: manos a la obra. Para las próximas clases deberías ir entregando estos papeles a tus estudiantes y que se pusieran a practicar enseguida.
Eso sí, mientras practican, no deberías olvidar tus 3 (+5) papeles como docente del siglo XXI.
La idea es sencilla de entender: tú lleva al máximo tu enseñanza y ellos llevarán al máximo su aprendizaje.

Los 5 papeles del estudiante del siglo XXI
Como sucede con el docente, el estudiante del siglo XXI también ha mutado y se ha diversificado.
Uno de los problemas que lleva este siglo es que el futuro es todavía más incierto y no sabemos cómo será ni en 5 años. Todo cambia… y lo hace muy rápido.
Por lo tanto, te estarás preguntando en qué y cómo formarle si no sabemos ni cómo será el mundo a la vuelta de la esquina.
No te preocupes, son cinco papeles en los que cabe mucho y en los que la palabra autonomía es clave.
El investigador
El estudiante del siglo XXI no necesita escuchar clases magistrales mientras el docente habla, habla y habla…
Este tipo de estudiante necesita acción. Necesita salir ahí a fuera (físicamente o con la ayuda de Internet) e investigar.
Si bien el profesor se echa a un lado y permite que el estudiante (sólo o en grupos de otros investigadores) haga su trabajo, no quiere decir que se vaya del laboratorio.
Mientras el docente plantea un problema cuyo origen es desconocido y hay que encontrar sus causas, los estudiantes investigan, encuentran, evalúan, sintetizan y finalmente presentan la información.
Llevan a cabo una investigación sobre un tema real que siempre presenta un objetivo público: esos hallazgos (el proyecto, trabajo, exposición…) son presentados en público y reciben el feedback de los otros investigadores y del docente.
El experto en tecnología
Como investigadores necesitan todas las herramientas necesarias para llevar a cabo su investigación, evaluación, síntesis y presentación del informe.
Fuera del aula utilizan la tecnología. Y la utilizan de maravilla; la gran mayoría la conoce incluso mejor que el docente.
El docente del siglo XXI se hace la siguiente pregunta: si conocen tan bien la tecnología y la utilizan cada día para solucionar sus necesidades diarias, ¿por qué no incluirla en clase?
El profesor la deja utilizar libremente a los alumnos durante su investigación, pero nunca olvidando que es una de sus tareas es la de evaluar y reconducir el proceso de aprendizaje si es necesario.
El pensador
En la cabeza del estudiante del siglo XXI ya no hay tanto espacio para la memorización. No le interesa tanto escuchar ni absorver información como el estudiante del siglo pasado.
Se ha dado cuenta de que retener tanta información en la cabeza sin darle ninguna utilidad no sirve para mucho.
El docente debe exprimir ese conocimiento y transformarlo en pensamiento crítico que permita a los estudiantes entender el mundo que viene por sí mismos.
El superhéroe
Tienen conocimiento y están orientados hacia el pensamiento crítico.
Ahora bien, pero exactamente ¿para qué? Pues para salvar el mundo.
Su aprendizaje está relacionado con aprender una habilidad o contenido que aporte una solución práctica destinada a solucionar un problema de este mundo.
Deben acabar su formación académica con las herramientas y el conocimiento necesario para estar dispuestos a dejar el mundo un poco mejor de lo que lo encontraron.
El profesor de sí mismo
En un futuro tan incierto, es difícil creer que la formación académica que reciban les ofrezca todas las soluciones que necesiten.
Por esa razón, deben convertirse ellos también en docentes y continuar con su aprendizaje de por vida una vez terminen con sus estudios.
Deben estar codificados para autoaprender rápidamente. Todo cambiará muy rápido y habrá que saber adaptarse a los cambios. Y para ello la creatividad es algo necesario para asegurar su futuro.
grasias me sirvió mucho